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CIB y CIEE
Renato Vargas
Marzo 2015
zotero.bib
apa.csl

2.1 Cuenta Integrada del Energía y Emisiones (CIEE)

Tendencias energéticas en el SCAE

Es importante comprender que cuando se habla de energía, no solamente se hace referencia a la producción de electricidad. La energía también se refiere a los combustibles con los que se mueven los vehículos y las máquinas. También se utiliza para generar calor, tanto para las máquinas como para la cocción de alimentos en los hogares.

No obstante, el mayor usuario comercial de la disponibilidad total de energía de todos los tipos es precisamente el sector de generación y distribución de energía eléctrica, el cual utiliza el 14% de la misma para producir electricidad [@ine_sistema_2013]. Un análisis previo de la contabilidad del capital natural mostró que se utilizaban 3.3 unidades energéticas de diferentes tipos, por cada unidad de energía eléctrica que se produjo en el período contable [@iarna-url_perfil_2009, p. 188].

Otras actividades importantes fueron la generación de productos alimenticios y bebidas (10%); así como la producción de cemento y el transporte, ambas con un 5% de la utilización. Las demás actividades económicas demandaron el 13% de la energía ofertada ese año. Un 5% se destinó a la exportación y formación bruta de capital. Por su parte, en el consumo final, los hogares emplearon alrededor de 247 mil terajoules (48%), aproximadamente la mitad [@ine_sistema_2013].

En términos generales, la demanda de energía a nivel nacional presentó un incremento del 28% en términos físicos entre 2001 y 2010, pasando de los 405,920.7 terajoules en 2001 a 520,587.9 terajoules en 2010. Del total de energía utilizada en 2010, dos tercios ó 341,932.6 terajoules provinieron del sistema natural nacional principalmente en forma de biomasa (leña y bagazo de caña). El resto (178,655.3 terajoules) proviene principalmente de combustibles importados, principalmente en forma de diésel, gasolina y búnker [@ine_sistema_2013].

Casi la mitad de la energía utilizada en 2010, ó 47%, correspondió al uso de leña, de la cual los mayores usuarios son los hogares guatemaltecos. En orden de importancia le siguieron el diésel y la gasolina con un 10.2%, y los desperdicios de la industria de la alimentación (bagazo de caña) con un 8.5% y 7.9%, respectivamente. El 26.4% restante se distribuyó en otros siete productos energéticos (i.e. carbón mineral, búnker o combustible para calderas, kerosina, gas licuado de petróleo, otros derivados del petróleo y la electricidad) [@ine_sistema_2013].

La contabilidad del capital natural también puso de manifiesto, al comparar niveles de demanda que al menos el 70% del volumen utilizado para leña es ilegal. La alta demanda de leña por parte de los hogares sí tiene importantes repercusiones sobre la cobertura forestal, convirtiéndose, no solamente en un tema energético, sino en una situación ambiental [@ine_sistema_2013].

Entre las respuestas institucionales a estos hallazgos, dos cobran importancia recientemente. Por una parte, se desarrolló el denominado Plan estratégico para el uso sostenible de la leña [@mem_plan_2013] como parte de una discusión técnica interinstitucional1 que se propone dar respuesta a hallazgos de la contabilidad del capital natural y estudios puntuales que profundizaron en el tema (Vea @iarna-url_perfil_2009, @inab_oferta_2012, @iarna-url_perfil_2012, así como @ine_sistema_2013). Del total de leña demandada por la industria y hogares guatemaltecos, las plantaciones y la industria de procesamiento primario únicamente tenían capacidad para suministrar el 54%, o aproximadamente la mitad, de manera legal [@inab_oferta_2012]. Lo cual confirmaba que el resto necesariamente debía obtenerse de manera ilegal.

Tabla 2.4-01 - Demanda y Oferta de Leña en Guatemala anual promedio 2001-2010 (toneladas en base seca y %) (aproximadamente aquí)

En general, el plan estratégico reconoce que el uso de la leña tiene impactos negativos para la cobertura forestal y la salud humana [@mem_plan_2013]. No obstante, también se reconoce que tiene una importancia económica como generadora de valor agregado, empleo y sustitución de importaciones energéticas.

La misma busca armonizar diferentes políticas de gobierno, que de una manera u otra ya atendían el tema y tenían recursos asignados2, y se propone fomentar el uso sostenible de la leña, promover la producción sostenible de la leña, promover el uso de sistemas eficientes de consumo de leña, fomentar el uso de fuentes eficientes alternas de energía y fomentar la creación de un mercado para tecnología eficiente para la cocción con leña. Sus líneas estratégicas atienden:

  • Fortalecimiento y coordinación interinstitucional.
  • Investigación, educación, difusión e información.
  • Producción sostenible de leña.
  • Promoción de tecnologías eficientes de consumo de leña.
  • Promoción de distintos mecanismos de financiamiento.
  • Fomento al uso de fuentes alternas.
  • Subsidios parciales o intercambio de esfuerzo por combustibles y/o estufas eficientes y limpias para familias en extrema pobreza.

Por otra parte, la Política Energética 2013-2017: Energía para el desarrollo, calidad, cantidad, competitividad [@mem_politica_2013] reconoce la dependencia de combustibles importados y la vulnerabilidad del país a los precios internacionales de los mismos, así como explícitamente reconoce la importancia creciente de la leña para la sociedad guatemalteca dedicando un eje explícitamente a la misma.

La política busca en términos generales la seguridad en el abastecimiento de la electricidad a precios competitivos, la seguridad en el abastecimiento de combustibles a precios competitivos, la exploración y explotación de las reservas petroleras con miras al autoabastecimiento nacional, el ahorro y uso eficiente de la energía y la reducción en el uso de la leña en el país [@mem_politica_2013].

Emisiones

La oferta de gases de efecto invernadero, por otro lado, muestra una tendencia al alza durante el periodo 2001-2010, con excepción de los valores mostrados entre 2007-2008, en donde se registra una leve reducción [@ine_sistema_2013-1]. Esta oferta se incrementó en un 23%, pasando de 41.2 a 50.6 millones de toneladas equivalentes de $CO_2$ entre 2001 y 20103.

El 90% de las emisiones equivalentes de $CO_2$ registradas en 2010 estuvieron asociadas al $CO_2$, en tanto que el 9% y el 1% lo estuvieron a las emisiones de metano $CH^4$ y óxido nitroso $N_2O$, respectivamente. La principal fuente de estas emisiones es la combustión de leña, la cual representó en 2010 el 64% de los 50.6 millones de toneladas equivalentes de $CO_2$ emitidos a la atmósfera. En orden de importancia, le siguen la utilización de diésel y bagazo de caña, ambos con un 8% del total de las emisiones, en tanto que la combustión de la gasolina representó el 6%. El restante 14% se origina a partir del uso de los demás energéticos utilizados en la economía guatemalteca.

En términos sectoriales, los hogares (consumidores finales como productores de emisiones) fueron responsables del 60% de las emisiones generadas en 2010. El suministro de electricidad, por su parte, generó el 14% de las emisiones. Otras actividades con una contribución destacable en la oferta de emisiones de gases de efecto invernadero, son: la fabricación de otros productos minerales no metálicos (cemento, cal y yeso), y la producción de productos de panadería y de productos de molinería, con 5% la primera y 4% las otras dos. El transporte produjo el 3% de las emisiones generadas en 2010. El restante 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero es atribuible al resto de las actividades económicas.

Referencias de la sección

Footnotes

  1. La discusión fue liderada por el Ministerio de Energía y Minas (Mem), y participaron el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn), el Programa Nacional de Competitividad (Pronacom) del Ministerio de Economía (Mineco), el Ministerio de Educación (Mineduc), el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (Mspas), la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), la Secretaía de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) y el Instituto Nacional de Bosques (Inab), con el apoyo de FAO.

  2. Entre las que se cuentan la Política de Desarrollo Rural Integral, la Política Energética, la Política Forestal, la Política Nacional de Cambio Climático, la Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional, así como la Política Agropecuaria.

  3. Es importante notar que la Cuenta de Energía y Emisiones [@ine_sistema_2013-1] toma en cuenta las emisiones provenientes de la combustión de biomasa por la lógica de las reglas contables. Estas emisiones se consideran "ítems de memorando" dentro de los inventarios de gases efecto invernadero (GEI), los cuales se hacen explícitos, pero no se toman en cuenta al calcular el total de emisiones del país.